Comunicado de prensa

Un jardín histórico amurallado, olvidado durante mucho tiempo, se está convirtiendo en un lugar de belleza, aprendizaje y conexión: la prueba de que el pasado puede florecer nuevamente en el presente.

Durante más de cuatro décadas, un jardín amurallado del siglo XVII en Devon (Inglaterra, Reino Unido) permaneció oculto por la hiedra y las zarzas; un vestigio olvidado del pasado hortícola inglés. Hoy, está volviendo a la vida.

Con la ayuda del desarrollador y especialista en movimiento de tierras Timber Tek Ltd., y la silenciosa fuerza de un dúmper de orugas Yanmar C30R, la zona está siendo restaurada a su antiguo esplendor y reabierta a la comunidad. Lo que antes era un terreno salvaje se está transformando poco a poco en un lugar de belleza y propósito: un espacio donde la historia, la naturaleza y las personas pueden prosperar juntas.

Restaurando la historia, alimentando el futuro

El jardín amurallado formaba parte de la finca del primer Conde de Portsmouth, y fue construido para cultivar frutas exóticas, así como hierbas medicinales detrás de sus muros de piedra de 25 pies (más de 7 metros). Los muros, diseñados para atrapar el calor del sol y proteger del viento, creaban microclimas resguardados donde podían prosperar piñas, uvas y plantas raras, a pesar del clima fresco de Inglaterra.

Incluso hoy, al estar dentro de los muros, la diferencia es evidente. «Todavía se siente lo cálido que es al estar dentro; entre cinco y diez grados centígrados más de forma constante», explica Simeon Reeves, fundador de Timber Tek. «Incluso entre las ruinas, puedes imaginar cómo debió ser cuando se construyó originalmente».
Para el cliente de Simeon, cuya familia gestionaba un centro de jardinería en el lugar, la restauración es profundamente personal. «Para ellos, es sentimental», explica. «Podrían haber decidido simplemente construir diez inmuebles en el terreno, pero quisieron devolverlo a la vida, abrirlo al público y hacerlo bien».

El delicado arte de la renovación

Timber Tek, en colaboración con un arquitecto, un ecólogo y empresas locales, está eliminando cuidadosamente años de vegetación, descubriendo muros enterrados y restableciendo el drenaje natural en los dos acres (más de 8000 metros cuadrados) del sitio. El objetivo: honrar el diseño original mientras se prepara el terreno para una nueva vida. Cada movimiento en el lugar exige precisión, cuidado y respeto, valores que guían tanto el trabajo de Timber Tek como el diseño de los equipos compactos de Yanmar.
En el corazón de este trabajo delicado se encuentra el volquete sobre orugas Yanmar C30R (con un peso operativo de 2.650 kg), suministrado por el distribuidor local Machine Serve. Compacto, de bajo impacto y diseñado para espacios reducidos, transporta tierra, piedra y escombros sin dañar el frágil terreno. «El diseño de orugas se traduce en una presión mínima sobre el suelo», dice Simeon. «Puede mover cargas sin dejar marcas profundas ni dañar la estructura del suelo».
Además, su tolva giratoria y el asiento reversible del operador ofrecen al equipo agilidad en espacios estrechos. «El asiento giratorio marca una gran diferencia», añade Simeon. «Puedes cambiar de dirección fácilmente sin girar toda la máquina».

Desenterrando el pasado

Mientras el equipo limpiaba el lugar, encontraron rastros notables de su historia: balas de mosquete de la Guerra Civil inglesa, fragmentos de cerámica e incluso el esqueleto de un caballo de carga que se cree transportó piedras durante la construcción original del jardín. «Es como quitar capas de tiempo», dice Simeon. «Cada reliquia cuenta una historia, reconectándonos con las vidas que moldearon este lugar. Para nosotros, se trata de honrar esa historia para que las generaciones futuras también puedan experimentarla y disfrutarla».

Un jardín para todo el mundo

Una vez terminado, el jardín amurallado será un espacio vivo y autosostenible. Plantaciones orgánicas, una tienda agrícola y colmenas que producirán miel local formarán un ecosistema próspero que nutrirá tanto a las personas como a la naturaleza. El proyecto refleja la filosofía compartida de Timber Tek y Yanmar: artesanía, innovación y armonía con el mundo natural. Encapsulando el concepto japonés de Hanasaka («hacer florecer a las personas»), el jardín se está restaurando no solo para hoy, sino también para el futuro.

La accesibilidad también es fundamental en el proyecto. En colaboración con un arquitecto, Timber Tek está incorporando caminos y puntos de acceso accesibles para garantizar que el jardín pueda disfrutarse de manera segura y cómoda por todos los visitantes, incluidas las personas con movilidad reducida. El proyecto también ofrecerá oportunidades a las escuelas locales para visitar y aprender, con carteles educativos que guiarán a los niños a través de la historia, la ecología y la horticultura del lugar, inspirando a futuras generaciones a transmitir estas historias.

Un legado duradero

A medida que sus muros despiertan de nuevo, este jardín antes olvidado recuerda que el progreso no siempre significa empezar de nuevo. A veces, el acto de creación más poderoso es honrar lo que ya existe y ayudarlo a rebrotar una vez más, para que todo el mundo pueda compartirlo.

Para Simeon y su equipo, esta restauración trata tanto de las personas como del lugar: una forma de devolver algo a la comunidad que los formó. El proyecto encarna la visión del Grupo Yanmar, «Un futuro sostenible; nuevo valor a través de la tecnología», en el sentido más puro: crear prosperidad duradera mediante innovación, cuidado y respeto por la tierra y las personas que viven en ella.